El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un síndrome conductual. Las personas que lo padecen suelen presentar las siguientes características a nivel conductual, emocional y escolar. Es un trastorno crónico de elevada prevalencia, que interfiere en muchas áreas del individuo, como la personal, familiar, escolar y social. Se calcula que afecta de un 3% a un 5% de los niños en edad escolar y supone casi un 30% de las consultas en psiquiatría infantil.
- A nivel emocional: Hiperactividad, déficit de atención y control e impulsividad.
- A nivel conductual: Irritabilidad y autoestima deficiente y dificultades para relacionarse con los compañeros.
- A nivel escolar: Dificultades en el aprendizaje.
Existen tres tipos de TDAH, cada uno de ellos con unas características diferentes: en el primero predomina la falta de atención y concentración; en el segundo predomina el exceso de actividad y la impulsividad y el tercero que sería una combinación de los anteriores.
Los niños que tienen un TDA donde predomina la falta de atención:
- Tienen dificultad para centrar la atención en detalles.
- Tienen dificultad para centrarse durante mucho rato enseguida la atención en una tarea determinada.
- Parecen no escuchar cuando se les habla directamente.
- No siguen las instrucciones dadas y no ultiman los trabajos.
- Tienen dificultades para organizarse, pierden materiales, las hojas, etc.
- Evitan, les disgusta o se niegan a participar en aquellas tareas que requieren un esfuerzo sostenido.
- Se distraen fácilmente con cualquier estímulo externo.
- Juegan con las manos y con los pies y no pueden estarse quietos en su asiento. Se mueven en exceso.
Los niños que tienen un TDAH donde lo que predomina es la hiperactividad e impulsividad:
- Se levantan, aunque la situación exija quedarse sentados.
- Hablan excesivamente y responden de forma impulsiva.
- No respetan el turno de palabra.
- Interrumpen y molestan a los compañeros.
Los niños con un TDAH combinado es el más frecuente.